Jacob Helberg, ejecutivo tecnológico de 34 años, ha emergido como una figura significativa en Silicon Valley, defendiendo políticas de inteligencia artificial (IA) sin restricciones. Su ascenso inesperado se caracteriza por su transición de donante de Biden a confidente de Trump, obteniendo apoyo bipartidista para su postura sobre la IA. Su participación en la aprobación de la reciente legislación de TikTok en Estados Unidos, respaldada por demócratas y republicanos, subraya su creciente influencia.
El viaje político de Helberg comenzó como partidario del Partido Demócrata, donando 1,5 millones de dólares durante las elecciones de 2020. Sin embargo, sus opiniones cambiaron hacia una postura más conservadora, alineándose con la visión de Trump sobre la IA. Ahora, Helberg se comunica regularmente con la campaña de Trump, discutiendo avances tecnológicos y regulación de la IA.
La posición de Helberg en Palantir, un contratista de defensa, solidifica aún más su influencia y lobby en los sectores de tecnología y política. Su defensa de mínimas restricciones para la IA contrasta con el llamado de la administración de Biden a medidas regulatorias, reflejando un debate más amplio sobre la gobernanza de la IA.
El Foro Hill and Valley, organizado por Helberg, destacó su atractivo bipartidista. El foro atrajo a líderes de Silicon Valley y Washington D.C., donde Trump elogió los esfuerzos de Helberg en política de IA. A pesar de su alineación republicana, el enfoque de Helberg busca unificar políticas tecnológicas divergentes para la seguridad nacional.
La trayectoria profesional de Helberg incluye roles en Google y GeoQuant, una startup que analiza riesgos geopolíticos. Su libro, The Wires of War, expone sus puntos de vista sobre la rivalidad tecnológica, particularmente entre EE.UU. y China. Las conexiones de Helberg, incluida su relación con el inversor tecnológico Keith Rabois, han fortalecido su estatus dentro de la élite de Silicon Valley.
Sin embargo, las afirmaciones de Helberg sobre sus roles profesionales han sido cuestionadas. Las discrepancias sobre su participación en GeoQuant y la Universidad de Stanford han generado dudas sobre sus credenciales. A pesar de esto, Helberg sigue moldeando la política de IA, abogando por menos restricciones para mantener la competitividad de EE.UU. frente a China.
El apoyo de Helberg a las políticas de IA de Trump incluye la oposición a la orden ejecutiva de Biden sobre la IA, argumentando que las leyes existentes son suficientes para la regulación. Esta postura ha generado debate entre los líderes de Silicon Valley, algunos de los cuales expresan preocupación por los posibles riesgos del desarrollo de IA sin regular.
En términos generales, Helberg cree que las leyes existentes ya rigen la IA adecuadamente, y que "un marasmo de burocracia" perjudicaría la competencia de EE UU con China. "En general, Jacob y yo estamos de acuerdo sobre China", declaró a Forbes el inversor de capital riesgo Vinod Khosla. En cuanto a la IA, "simplemente aceptaré estar en desacuerdo".
Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn se muestra también contrario a las posiciones que defienden los trumpistas porque "revocar la Orden Ejecutiva de Biden, como Trump y Helberg están ansiosos por hacer, sería un regalo para China y otros", debido a la posibilidad de que el país asiático entre en posiciones de poder dentro de EEUU o use su tecnología para cruzar datos como en el caso de TikTok.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, la influencia de Helberg en tecnología y política está destinada a crecer. Su posición única como exdemócrata convertido en insider republicano subraya el panorama cambiante de la política tecnológica y las alianzas políticas.