En una noche de debate presidencial que ya había captado la atención del país, Taylor Swift sorprendió al anunciar su apoyo a Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. La cantante, una de las figuras más influyentes de la cultura pop estadounidense, aprovechó su plataforma en Instagram para confirmar su voto por Harris, y para advertir sobre los peligros de la inteligencia artificial en la era de la desinformación.
Preocupaciones por los deepfakes
Además de su anuncio político, Swift utilizó su mensaje para hablar sobre un reciente incidente en el que fue víctima de un deepfake: un video falso que la mostraba apoyando a Donald Trump. Swift explicó en su publicación: "Recientemente me enteré de que una IA de 'mí' apoyando falsamente la candidatura de Donald Trump fue publicada en su sitio. Esto despertó mis temores sobre la IA y los peligros de la desinformación. Me llevó a la conclusión de que debo ser muy transparente sobre mis verdaderos planes como votante."
Esta declaración no solo subraya su apoyo a Harris, sino que también resalta el impacto que la IA puede tener en la distorsión de la verdad. Figuras públicas como Swift son particularmente vulnerables a los deepfakes debido a la gran cantidad de fotos y videos suyos disponibles en línea, lo que facilita la creación de falsificaciones sofisticadas.
IA y elecciones: un reto creciente
El uso de deepfakes en el ámbito político ha generado preocupaciones entre expertos y legisladores. Según Linda Bloss-Baum, profesora de la American University, el caso de Swift es un ejemplo de cómo la IA puede ser utilizada para influir en la opinión pública de manera engañosa. "Cuando celebridades como Swift se ven involucradas, los legisladores prestan más atención", explicó. Esto podría llevar a un mayor enfoque en la creación de leyes que regulen el uso de IA en campañas políticas.
A medida que las elecciones se acercan, Estados Unidos carece de suficiente legislación para frenar la propagación de esta tecnología dañina. Aunque existen propuestas como el NO FAKES Act, es improbable que haya cambios legislativos significativos antes de los comicios de noviembre.