Pese a la negativa inicial de la grandes tecnológicas a una administración Trump, algunos miembros influyentes de Silicon Valley están empezando a ver esta posibilidad con buenos ojos. Las razones por las que estos poderosos actores están cambiando su opinión son una reducción en la regulación y un gran interés en el desarrollo de la inteligencia artificial y la exploración de sus límites.

Figuras como el multimillonario Mark Cuban explican que estar cerca de Trump podría permitirles influir en la creación de leyes relacionadas con la IA. Cuban, un crítico declarado de Trump y partidario de Joe Biden, sostiene que el apoyo de los millonarios de Silicon Valley y Wall Street a Trump es motivado por intereses personales. "Quieren la menor regulación posible porque no hay manera de que la regulación funcione a menos que sean ellos los que la escriban", asegura Cuban.

Cuban señala que existe el temor de que la regulación se redacte de una manera que disminuya la capacidad de las empresas para competir globalmente y entre ellas. "A menos que sea un toque muy ligero, lo cual es poco probable en este momento, cuanta más influencia tengan sobre la regulación de la IA, mayor será la oportunidad de beneficiarse".

 

La negativa inicial

La visión que se tenía en Silicon Valley a cerca de un regreso de Donal Trump era generalmente negativa, especialmente a casua de las opiniones respetco a la regulación tecnológica que defendían figuras republicanas como,  J.D. Vance. El antiguo senador de Ohio apuesta por una regulación mínima del sector ya que considera que las grandes empresas tecnológicas se aprovechan de los riesgos potenciales de la IA para presionar a favor de normativas, prohibitivamente caras para las empresas más pequeñas. Según el republicano estos cambios podrían democratizar el desarrollo tecnológico y estimular nuevas innovaciones.

A pesar de abogar por una regulación mínima de la IA, ha expresado su firme apoyo a Lina Khan, presidenta de la Comisión Federal de Comercio (FTC), conocida por sus agresivas medidas antimonopolio contra las grandes tecnológicas. La doble postura de Vance , favorecer la desregulación de la IA y abogar por controles más estrictos de las prácticas monopolísticas en la industria tecnológica, refleja un enfoque complejo de la política tecnológica.

 

¿Un apoyo a Trump?

Inmediatamente después de que Donald Trump se convirtiera en el primer expresidente de Estados Unidos condenado por delitos penales, una parte de la élite de Silicon Valley se mostró contrariada. Elon Musk, con sus propias batallas legales contra el Gobierno de Estados Unidos, escribió en X (antes Twitter): "Hoy se ha hecho un gran daño a la fe del público en el sistema legal estadounidense". Aunque Musk no ha apoyado formalmente a Trump, el deseo de ver menos regulación en el desarrollo tecnológico en Estados Unidos podría estar acercando a los gigantes tecnológicos al expresidente. Muchos de estos actores son también influyentes en el mundo de la inteligencia artificial, un campo en rápida expansión.

Musk también ha criticado a varios organismos reguladores, pero ha abogado abiertamente por la regulación de la IA. "Cuando hablamos de superinteligencia digital, que plantea un riesgo para el público, el Gobierno debe salvaguardar los intereses del público", dijo a Rishi Sunak en noviembre de 2023. Sin embargo, también admitió que la regulación "será molesta", y con una línea directa con Trump, Musk podría influir significativamente en la dirección de esas leyes si Trump volviera a la Casa Blanca.

Otros, como Shaun Maguire, socio de Sequoia Capital, anunciaron su apoyo a Trump con una donación de 300,000 dólares a la campaña del expresidente republicano. David Sacks, inversor de capital riesgo, prefirió un "delincuente convicto" antes que la tercera Guerra Mundial, criticando la administración de Biden por su manejo del conflicto entre Rusia y Ucrania. Musk, Maguire y Sacks han criticado la regulación en diversos grados. Sacks afirmó en su podcast All-In que la gente debería poder seguir experimentando con la inteligencia artificial antes de que el Gobierno imponga restricciones. "Todavía es muy pronto para imponer regulaciones", dijo. "Ni siquiera sabemos qué regular".

Algunos inversores, como Garry Tan, CEO de Y Combinator, han adoptado el "aceleracionismo efectivo", que aboga por el desarrollo de la IA sin restricciones. Maguire criticó a los demócratas por intentar regular la tecnología, señalando la IA de código abierto y las criptomonedas, lo cual, según él, incentiva a los mejores constructores a trabajar fuera de Estados Unidos.

Como se puede apreciar, no todos los actores de Silicon Valley que invierten en IA y apoyan a Trump desean un desarrollo desenfrenado de la inteligencia artificial. Chamath Palihapitiya, inversor y copresentador del podcast All-In, argumenta que la IA requerirá "un organismo de supervisión". "Nuestros líderes políticos deben crear algún tipo de supervisión antes de que se produzcan errores evitables", escribió.