Más de dos décadas avalan a SpeechWare como consultora especializada en reconocimiento de voz y lenguaje natural. Jesús María Boccio, jurista de carrera, es su fundador y también el de DigaLaw, una herramienta nacida en el seno de la primera empresa y que ya vuela con entidad propia. En 2022 puso la tecnología que le permitió a Telefónica ganar el concurso del Ministerio de Justicia español para establecer una plataforma de transcripción de voz automática en todo el sistema judicial.
DigaLaw utiliza inteligencia artificial para reconocer la voz y convertirla en texto de forma precisa. Especializada en el ámbito jurídico, se dirige a abogados y entidades que trabajen con documentos legales. En el último año, el software ha integrado también el motor GPT para otras tareas, como la revisión de contratos.
Jesús María Boccio, fundador y CEO de DigaLaw, ha acudido a las oficinas de Neosmart para explicarnos cuál es el lugar de la compañía en el mercado de las herramientas de inteligencia artificial destinadas al ámbito legal. Con él hablamos también del impacto de esta tecnología en la profesión de jurista.
- ¿Cómo nace DigaLaw?
DigaLaw es una palabra compuesta entre ‘diga’, del verbo decir, y de ‘ley’, en inglés. Es un producto que originariamente hice para mí, porque yo no soy capaz de mecanografiar.
- Y por eso sirve para transcribir voz a texto. Explíquenos brevemente qué es DigaLaw.
Nosotros tenemos una pata que es obvia y, quizás la más fuerte, que es el dictado. El dictado de documentos, de emails, de cualquier cosa. Pero estamos hablando de dictado con inteligencia artificial. No estamos hablando de un sistema de dictado en el que tú digas in dubio pro reo, pacta sunt servanda o non bis in idem, que son principios generales del derecho, y comete nueve errores, como puede ser el caso de otros sistemas de dictado de grandes multinacionales, que no sirven para este trabajo. Sirven para otra cosa, pero no para que un abogado trabaje con ellas. Nuestro sistema no comete errores con ese tipo de cosas, porque ha sido entrenado con miles y miles de leyes, de reglamentos y otra documentación jurídica.
- ¿A qué velocidad permite dictar DigaLaw?
Te proporciona una velocidad de trabajo entre tres y cuatro veces más rápido que la mecanografía. En mi caso, por ejemplo, dicto a 180 palabras por minuto. Esto es un folio DIN A4 cada 2-3 minutos.
- ¿Qué otras utilidades tiene vuestra herramienta?
Somos el único sistema de reconocimiento de voz del mercado que tiene integrado chatGPT estrechamente. Esto te permite dialogar permanentemente con tu sistema. Si abro un contrato, que no he tenido tiempo de leerlo porque acabo de tomar un avión, tengo 50 páginas que no tengo tiempo de leer. Puedo abrirlo con DigaLaw y le digo ‘oye, resúmeme este contrato en tres páginas como máximo, destacando aquellos puntos donde pueda haber un problema o un conflicto entre las partes’. Tengo la respuesta inmediatamente. Una vez que tengo la respuesta, sigo dialogando y le digo ‘por favor, amplíame un poco ese problema de competencias que se ha establecido entre la administración pública, la autonomía y del Estado central’. Y el sistema sigue.
- ¿Desde cuándo trabaja su compañía con IA?
Nosotros en esto estábamos desde hace mucho tiempo. Ahora todo el mundo es experto en inteligencia artificial, pero nosotros empezamos con DigaLaw hace ya más de cinco años [el proyecto surgió en 2017]. Aunque realmente cuando [la inteligencia artificial] se hace absolutamente popular, fácil de usar e impactante es hace dos años con el uso comercial y el acceso masivo y multitudinario a la familia de modelos de lenguaje GPT.
- Como empresa tecnológica y que trata cada día con el sector de la abogacía, ¿qué cambios se avecinan en la forma de trabajar para los juristas?
El impacto será enorme en nuestra profesión y en lo que se llaman ‘paralegals’. Piensa que en los próximos tres o cuatro años hay una gran parte de tareas que hacemos hoy que las harán nuestros asistentes digitales, por nuestros gemelos digitales. Por ejemplo, en DigaLaw yo he creado mi propio gemelo digital y hay un montón de tareas rutinarias que le puedo confiar.
- ¿Qué es un gemelo digital?
Es relativamente simple. Yo tengo 20 o 25 años de vida digital, ¿verdad? Todos los emails, los informes, las demandas… Ahora entreno un modelo LLM con esa vida digital. Vas a ver que el sistema va a escribir prácticamente como yo lo hago.
- Algunos abogados verán esto como un riesgo para su posición laboral…
Hoy por hoy no voy a afirmar que vas a ser sustituido por un robot abogado. Pero, desde luego, sí que te lo va a poner muy difícil un abogado que sepa usar esta tecnología si tú no lo haces. Hay ahí un componente de riesgo muy importante que cualquier profesional del derecho, de la abogacía, de la academia, de la consultoría tienen que tener muy en cuenta.
- ¿Qué percepción crees que tienen los abogados de la IA?
En todas las profesiones y mucho más en la abogacía o la consultoría tienes el perfil de los entusiastas, de los pioneros. Es esta gente que no le tienen miedo a nada ni a nadie. Ve esto y lo abraza con fuerza. En segundo lugar tienes las personas confusas y alarmadas. Y este es un enorme grupo. Son personas que dicen ‘si ya tengo suficiente con saber de derecho, con estar al día de lo que sucede y, ahora, resulta que tengo que ser ingeniero de prompting’. Y después tienes el tercer grupo, que es un gran grupo. En España es muy grande todavía. Es el grupo de los indiferentes, que dicen ‘esto no es para mí, esto ya me supera’.
- ¿Cómo cree que cambiará la profesión de abogado?
La abogacía tradicional va a ser sustituida. Será sustituida por un diálogo permanente y obligado con algoritmos de inteligencia artificial jurídicos. En eso va a consistir tu labor, en tu habilidad para dialogar con esos algoritmos.
- Dada vuestra experiencia al implantar el sistema de DigaLaw en el sistema judicial español, ¿cómo de implicado cree que está el sector público en la implantación de inteligencia artificial?
Es interesante lo que sucede ahora mismo en España. Creo que el sector privado, en concreto en la abogacía, está bastante retrasado con respecto a lo que yo veo en Europa, en otros países. Sin embargo, el sector público está muy avanzado. España está teniendo una labor de liderazgo, con el uso de los fondos europeos, para digitalizar y agilizar su justicia.
- Cuando un abogado utilice herramientas de IA, ¿qué precauciones debería tener?
Si eres abogado tienes una deontología profesional que respetar, tienes que tener una confidencialidad absoluta. El riesgo de confidencialidad lo tengo cuando digo al sistema el nombre de un cliente, cuando me refiero a algo que está protegido por el derecho de propiedad intelectual. Evidentemente ahí un abogado tiene que tener cuidado.
- Y los resultados de las herramientas de IA también necesitan supervisión humana…
Por supuesto, a posteriori. Es decir, necesitan una supervisión a priori y otra a posteriori. Cuando tienes ya el escrito hecho y está bien, después lo tienes que reexaminar y leerlo dos veces.