En el marco del DES (Digital Enterprise Show) de Málaga Unicaja ha presentado María, su nuevo prototipo de inteligencia artificial y su nuevo modelo de banca conversacional, con el que pretende reducir la brecha digital y mejorar la inclusión financiera.

Los usuarios solo tienen que utilizar su voz para darle órdenes o realizar operaciones, sin necesidad de apretar ningún botón.

María es una suerte de Alexa o Cortana, pero sumando a la comunicación verbal también comunicación no verbal. Así, cuenta con un aspecto de humana digital, agregando a la conversación gestos, expresiones, movimientos, etc. para lograr una comunicación más eficaz con los clientes de la entidad bancaria.

"Las apps más populares tienen en común que permiten interactuar escribiendo o bien hablando. Si este modelo ya estaba contrastado ¿por qué no adaptar nosotros también ese modelo conversacional? Simplemente hemos decidido llevarlo al sector financiero", ha explicado Javier Porras, director de Inteligencia Artificial en Innovación en Unicaja Banco.

Además de ser un asistente de voz virtual y avatar, María incorpora la biometría. Gracias a esta tecnología la IA puede identificar a cada usuario por las características propias de su voz.

Con esta novedad Unicaja espera abrazar la omnicanalidad. Así la IA podrá utilizarse sin problema en la web, en dispositivos móviles, en relojes inteligentes, en coches, etc.

Durante el DES se ha demostrado la facilidad con la que se puede utilizar María para llevar a cabo una operación tan común hoy en día como es hacer un Bizum. La IA pregunta la cantidad y el concepto que se quiere poner y solicita confirmación del usuario, cerrándose todo el proceso en unos segundos.

Utilidades de María

Esta inteligencia artificial no solo permitirá hacer los mimos servicios que ya ofrece la banca digital, sino que proporcionará nuevos servicios de valor añadido motivados por ese contexto conversacional.

Unicaja defiende que María ayuda a mejorar la salud financiera analizando lo ya ocurrido en cada cuenta bancaria, a lo que se suman sus habilidades predictivas y prescriptivas y sus propuestas proactivas. Los clientes tienen la posibilidad de preguntarle cuánto llevan gastado, en qué y encontrar oportunidades de ahorro e inversión.

Oportunidades que presenta

Según ha explicado el responsable de inteligencia artificial de Unicaja, María supone una oportunidad en tres aspectos. En primer lugar, reduce la brecha digital para impulsar la digitalización. La idea es poder favorecer la automatización y así la eficiencia.

Además, el asistente permite avanzar en la inclusión financiera. Gracias a la IA de la entidad las personas mayores y con discapacidad podrán hacer fácilmente sus transacciones sin depender de otros. Porras ha destacado en particular su utilidad para invidentes y enfermos de Parkinson o con otros problemas motores.

"María aporta más empatía, comprensión y confianza con los clientes. Pero es que gracias a la IA generativa también puede ver", destaca el responsable. En este sentido, la tecnología será capaz de 'leer' recibos o de comprobar cómo reacciona un cliente ante una oferta comercial y adaptarla a las emociones o sensaciones que le produce.

Por último, María permite mejorar la seguridad incorporando biometría en el contexto conversacional. Según Unicaja, la IA puede detectar las clonaciones de voz y las grabaciones, es decir, cuándo el sonido no se está produciendo desde una garganta.

La biometría no analiza el contenido de lo que se diga, sino las características vocales, como el timbre, la frecuencia, el tono y otros parámetros.

Dentro del campo de la seguridad el nuevo asistente permitiría luchar también contra el phising. "Al ser todo conversacional los típicos SMS haciéndose pasar por Unicaja que pueden recibir los usuarios en su móvil dejan de tener sentido", ha defendido Porras.

Para finalizar, a nivel empresarial la caja sostiene que María le ayudará a reforzar su imagen de marca y aumentar la fidelización y la captación de clientes.