Acaba de empezar, pero en el ambiente ya se percibe el cambio. Tanto departamentos jurídicos de empresas como despachos de abogados como los propios proveedores de herramientas de IA del sector se han lanzado a la carrera. Según un informe de la consultora especializada LexisNexis, el 26% de los abogados ya utilizan herramientas de IA de forma regular. En seis meses se ha doblado este porcentaje.

Manuel Fernández Condearena, socio de Legal Management Consulting de Deloitte Legal, destaca que existe la sensación entre las empresas y despachos de que hay que sumarse a la ola de la IA para no quedarse atrás. En este escenario, la resistencia natural del abogado a los cambios es menor que en otros momentos de transformación.

“Esto es una tecnología que no ha nacido para el mundo jurídico. Es una tecnología de uso general. Lo que pasa es que como una de sus grandes capacidades es trabajar con texto y los abogados vivimos en el texto, el impacto en el mundo jurídico es brutal”, explica Fernández. “Y eso hablando incluso de modelos de lenguaje generales, que no están preparados específicamente para el mundo jurídico”.

El socio de Deloitte Legal trabaja sobre todo haciendo consultoría de cara a clientes sobre la transformación de la asesoría jurídica. Esto le permite tener una visión panorámica del momento que vive el mercado, que ha vivido otras etapas de entusiasmo con diferentes tecnologías.

En los últimos años se han puesto en el centro de atención el metaverso o blockchain. Pero en ningún caso las expectativas levantadas se han correspondido con la utilidad real.

¿Podría ocurrir lo mismo con la IA? “Creo que aquí existe la percepción es que esto sí que nos cambia la vida”, recalca Fernández. “Porque si uno se mete en un modelo de lenguaje normal que está abierto al público, incluso es gratuito, y el primer resultado de lo que uno le pide es razonablemente usable, cuando eso lo trabajemos, lo afinemos y lo entrenemos, el impacto será descomunal”..

 

Un cambio a velocidad de vértigo

Hay una diferencia con otras olas de innovación tecnológica. En la compañía de soluciones de gestión del conocimiento Lefebvre han vivido el cambio desde dentro. Han desarrollado su propio modelo, orientado al sector legal —de nombre resonante: GenIA-L— y han trabajado con alianzas específicas para nutrir sistemas de otras compañías. Recientemente alcanzaron un acuerdo con PwC Legal España para alimentar su versión de Harvey. “Hay una diferencia importantísima, la velocidad”, apunta María de la O Martínez, directora de Innovación del grupo Lefebvre al comparar con otras etapas.

“Esto va a una velocidad de vértigo. Hay cambios todos los días, hay nuevas funcionalidades, hay nuevos actores alrededor de la IA generativa. Es impresionante y significa que todos tenemos que estar muy formados, muy al día”, señala de la O Martínez. En su opinión, también se percibe esta ola de IA como diferente a anteriores que ha habido en LegalTech por lo útil que puede ser la tecnología en el día a día. “Es una tecnología que ha venido para facilitarnos la vida. Y ha venido para quedarse. Hay muchos puestos de trabajo que seguramente se van a reconfigurar, porque se harán las cosas de otra manera. Nos va a permitir hacer cosas de muchísimo más valor”, comenta.

Por su parte, Fernández afirma que muchas empresas grandes están empezando a explorar proyectos de IA generativa. Aquí destaca el papel que juegan las asesorías jurídicas de estas compañías, ya sean internas o externas. Son equipos capaces de ayudar en todo lo relacionado con la regulación y el cumplimiento de la normativa, a lo que se suma una parte ética que cada vez cobrará mayor importancia.

“Al final la inteligencia digital generativa es un cambio tecnológico que requiere también unas inversiones relativamente importantes. Y siempre hay más capacidad de inversión en el negocio que en la asesoría jurídica. Así que las asesorías jurídicas, en general, lo que están haciendo es ver dónde la IA generativa tiene mayor o menor retorno”, explica Fernández.

Es una fase, por tanto, de exploración. En vez de tener grandes casos de uso ya implantados, las empresas eligen casos de uso más acotados y que luego sean escalables. De esta forma, les resulta más fácil poner en marcha estos proyectos para después validarlos. Solo cuando todo sea satisfactorio llegará el momento de expandir esa determinada aplicación.

 

El modelo del asistente de IA

En Lefebvre se tomaron decisiones importantes para afrontar la nueva ola de la inteligencia artificial. El grupo trabajó en la gobernanza de esta tecnología y creó comités, de IA a nivel global, otro de carácter estratégico, así como uno de procesos internos. “No queremos reinventar la rueda. Somos muchos expertos en muchas áreas y lo que queremos con estos comités es compartir información y que los equipos puedan trabajar en conjunto para poder lanzar soluciones rápidamente y de manera coordinada”, sostiene de la O Martínez.

La directora de Innovación de Lefebvre cuenta que no se empieza una reunión en la compañía sin hablar de IA. Es solo una anécdota, pero refleja el impacto que tiene a día de hoy la tecnología en empresas cuyo negocio principal tradicionalmente no estaba relacionado con IA.

Dentro del trabajo diario del jurista, las herramientas de IA se plantean como un acompañamiento. “Tú tienes un asistente que acompaña al abogado en su día a día, que le facilita determinadas tareas, de generación de primeros borradores, de análisis de gran cantidad de información o de visualización de datos, entre otras”, expone Fernández. “El enfoque que se sigue consiste en intentar ver cómo impacta en la forma de trabajo y cómo se puede apoyar más el abogado en la IA generativa para ser más productivo, más eficiente, para trabajar mejor. En definitiva, para vivir mejor”.

Este enfoque se basa en empezar poco a poco para crecer desde una base sólida. El objetivo final, eso sí, es replicar la experiencia en otras partes de la plantilla. Los profesionales jurídicos no solo utilizan este tipo de aplicaciones para tareas puramente legales, también les permiten agilizar su trabajo de gestión.

“Hemos visto que hay unas oportunidades enormes, que a nuestro cliente le soluciona mucho su día a día. Estas herramientas agilizan mucho el trabajo diario del abogado”, incide de la O Martínez. Su compañía, insiste, se ha esforzado por lanzar al mercado soluciones que vayan en esa dirección, como apoyo del jurista. No parece que haya vuelta atrás.