La inteligencia artificial generativa (GenAI) está haciéndose un hueco importante entre educadores y estudiantes en el mundo de la educación. Un estudio elaborado por la Autoridad Escocesa de Cualificaciones (SQA) muestra el impacto que está teniendo en el país.
En el mismo han participado más de medio millar de educadores, incluyendo profesores, catedráticos, altos directivos y líderes escolares.
En primer lugar, este organismo considera como inteligencia artificial generativa cualquier tipo de IA que se utiliza para la creación de texto, prosa, fórmulas, códigos, imágenes, vídeos o audio, incluyendo ChatGPT y Google Gemini.
"Los resultados de la IA pueden ser muy parecidos a los humanos, lo que potencialmente aumenta el riesgo de plagio", advierte la SQA.
Entre los principales hallazgos del estudio están que la mitad de los encuestados ha usado GenAI para respaldar su trabajo docente.
Así, el uso más común corresponde a materiales y actividades (77%). Muy por detrás están la planificación de lecciones (52%), la administración general (47%), el diseño de evaluaciones (39%) y la entrega de instrucción/lecciones (35%).
Casi la mitad de los encuestados manifestó su preocupación porque el uso indebido de las herramientas de IA represente un riesgo para la integridad de las evaluaciones.
Además, casi 8 de cada 10 educadores se mostraron a favor de instruir a los alumnos en cómo utilizar las herramientas de inteligencia artificial generativa de manera responsable y ética.
Los educadores también se han manifestado a favor de la posición de la SQA sobre el uso de la IA generativa en las evaluaciones.
Dos de cada tres están a favor de la posición de dicho organismo en relación a que los estudiantes no deben presentar los resultados de GenAI como sus propios trabajos, ni tampoco pueden referirse a los resultados de estas IAs como una fuente para las tareas de evaluación.
Al ser preguntados sobre qué era necesario abordar con mayor urgencia para que la GenAI fuera adecuada para un uso generalizado en la educación escocesa, las tres opciones principales fueron la capacidad de detectar contenido producido por IA (68%), la falta personal de comprensión o conocimiento (62%) y la falta de orientación dentro del sistema educativo (53%).
“Ahora tenemos pruebas de que muchos profesores y tutores están aprovechando la IA para reducir la carga administrativa y permitirles centrarse en lo que mejor saben hacer: apoyar e inspirar a nuestros jóvenes en el aula", señala Martyn Ware, director de políticas, análisis y estándares de SQA.
"Pero también está claro que comparten nuestra visión de la importancia crítica de las salvaguardias y directrices claras para garantizar el uso y la comprensión éticos y apropiados de las tecnologías GenAI", añade.
La postura de la SQA
La Autoridad Escocesa de Cualificaciones (SQA) no prohíbe completamente el uso de la inteligencia artificial generativa a los estudiantes o profesionales para "ayudarlos a generar ideas o investigar problemas", aunque considera que "esto debería hacerse en colaboración con profesores y conferenciantes y debería estar en consonancia con los requisitos de las materias individuales, las políticas propias de los centros y cumplir con las restricciones de edad que algunas tecnologías GenAI han introducido".
Sin embargo, sí que alerta de que "los resultados de GenAI aún no son confiables y no pueden considerarse una fuente confiable de información”. Por ello, no recomienda la utilización de referencias a resultados de inteligencia artificial generativa.
