Tesla, reconocida por su innovación en automóviles eléctricos y conducción autónoma, ha tomado una dirección interesante con su sistema de piloto automático. En un intento por hacer que los coches conduzcan de manera más similar a los humanos, la empresa ha entrenado su inteligencia artificial para que ignore deliberadamente ciertas señales de tráfico. Según declaraciones de empleados, la IA en los vehículos Tesla está diseñada para adaptarse a diversas situaciones de conducción, lo que incluye pasar por alto reglas como "no girar en rojo" o "no hacer giros en U" en determinadas circunstancias.

 

Entrenamiento en los centros de datos

Tesla ha centralizado el entrenamiento de su IA en instalaciones como la planta de Buffalo, Nueva York. En estos centros, los empleados analizan miles de horas de vídeos grabados por vehículos Tesla en todo el mundo. El proceso implica etiquetar las situaciones captadas por las cámaras, lo que permite que la IA aprenda a interpretar y reaccionar ante diferentes escenarios de conducción. Según varios extrabajadores, la idea es "enseñar" al sistema a comportarse como un conductor humano, que a veces toma decisiones basadas en la experiencia más que en seguir reglas estrictas.

Sin embargo, este enfoque ha generado controversia. Siete empleados revelaron que se les pidió que ignoraran ciertas señales de tráfico, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad y la ética de este entrenamiento. En situaciones como atascos, por ejemplo, se ha observado que algunos Teslas imitan el comportamiento humano al invadir carriles prohibidos para avanzar más rápido.

 

Cuestiones de privacidad y monitoreo

Además del entrenamiento del sistema, Tesla ha enfrentado críticas por el manejo de los datos captados por las cámaras de sus vehículos. En 2022, se filtraron imágenes privadas grabadas por los coches, lo que desató preocupaciones sobre la privacidad de los propietarios. Estos incidentes llevaron a la compañía a implementar marcas de agua en los vídeos para rastrear a los empleados responsables de las filtraciones.

Tesla también ha sido acusada de monitorear de cerca a sus trabajadores, lo que generó tensiones en la planta de Buffalo, donde los empleados lanzaron una campaña sindical.