En la carrera por liderar en inteligencia artificial, las grandes empresas tecnológicas están absorbiendo el talento y los productos de startups innovadoras. Esta estrategia rsulta en ocasiones más rentable que desarrollar la tecnología de manera propia, además, las compras se realizan sin formalizar adquisiciones. Esta práctica ha levantado preocupaciones en el Senado de Estados Unidos, donde tres senadores están pidiendo una investigación al respecto debido al temor de que se estén llevando a cabo maniobras para esquivar las normas antimonopolio. 

A finales del mes pasado, Adept, una startup con sede en San Francisco, anunció un acuerdo que envía a su CEO y empleados clave a Amazon, otorgando además una licencia para sus sistemas y conjuntos de datos de IA. Este tipo de acuerdos, conocidos como "adquisiciones inversas" o "caza furtiva", están siendo criticados por algunos en Washington, quienes los ven como una forma de eludir las leyes antimonopolio.

El senador Ron Wyden, demócrata de Oregon, expresó su preocupación por esta tendencia de consolidación en el mercado de la IA. "Unas pocas empresas controlan una parte importante del mercado y se enfocan en comprar talento en lugar de innovar", declaró Wyden a The Associated Press. Estas prácticas, argumenta, podrían estar diseñadas para evitar el escrutinio antimonopolio, permitiendo a las grandes corporaciones como Amazon, Microsoft y Google fortalecer su dominio sin adquirir formalmente a sus competidores más pequeños.

La senadora Elizabeth Warren de Massachusetts y el senador Peter Welch de Vermont se unieron a Wyden en la solicitud de una investigación por parte del Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio (FTC). En una carta enviada el viernes pasado, los senadores instaron a los reguladores a tomar medidas para combatir la consolidación indebida en la industria tecnológica.

 

Un nuevo enfoque

Michael A. Cusumano, profesor de negocios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, explicó que estas "adquisiciones inversas" son una nueva variación de una práctica común en la industria tecnológica. "Adquirir solo algunos empleados y licenciar la tecnología, dejando a la empresa operativa pero sin competir realmente, es un giro nuevo", comentó Cusumano. En marzo, por ejemplo,  Microsoft empleó una estrategia similar al contratar a Mustafa Suleyman, cofundador y CEO de la compañía de IA Inflection, junto con otros científicos clave de la empresa. Este movimiento, cada vez más común, ya ha llamado también la atención de los reguladores europeos.

Para startups de IA como Adept, la construcción de sistemas avanzados es costosa, requiriendo chips de computadora, centros de datos y datos extensivos para entrenamiento, además de científicos informáticos altamente cualificados. Adept anunció que su acuerdo con Amazon les permitirá centrarse en su visión sin las presiones de financiamiento.

"Posiblemente han decidido que no tienen un futuro real en solitario y prefieren ser adquiridos indirectamente", dijo Cusumano. Para las startups, estas "adquisiciones" pueden ser una forma de subsistir en un mercado competitivo, aunque para algunos, como el profesor de derecho John F. Coyle, esta práctica es claramente una táctica para evitar problemas antimonopolio.

 

Respuesta de Washington

El Departamento de Justicia y la FTC han recibido la carta de los senadores, pero hasta ahora han declinado hacer comentarios adicionales. En los últimos años, la administración del presidente Joe Biden y legisladores de ambos partidos han abogado por una supervisión más estricta de la industria tecnológica, lo que ha frenado grandes adquisiciones que podrían haber pasado desapercibidas en el pasado. Para Cusumano, el movimiento de las grandes tecnológicas hacia menos adquisiciones directas y más "adquisiciones inversas" es una estrategia inteligente, pero no necesariamente eficaz para evitar el escrutinio.

Mientras los gigantes tecnológicos buscan dominar el creciente mercado de la inteligencia artificial, la práctica de "caza furtiva" de talento y licencias tecnológicas plantea importantes preguntas sobre la competencia justa y la innovación. La llamada a la acción de los senadores Wyden, Warren y Welch podría ser el primer paso hacia una mayor regulación en la industria de la IA.