Se recomienda establecer un marco operativo, que vendrá acompañado de unas líneas éticas generales, que pondrán en valor principios como la privacidad y confidencialidad de los datos.

Puede resultar útil desarrollar un documento para estandarizar el uso de la IA dentro del despacho de abogados, incluso crear un apartado dedicado al ‘prompt engineering’.

Aunque la inteligencia artificial generativa, del estilo de ChatGPT, se encuentra en una etapa inicial, son muchos los bufetes de abogados que se plantean el uso de la IA. Un informe elaborado por el proveedor de soluciones tecnológicas para el mundo jurídico Juro apuntaba que el 64% de profesionales del derecho afirma que su despacho ya usa IA o se ha planteado usarla.

Sin embargo, hay ciertas pautas que conviene tener en cuenta antes de lanzarse a implementar la IA en un bufete de abogados. Desde Neosmart ofrecemos una serie de recomendaciones.

 

Cómo empezar a usar la IA en un bufete de abogados

Como recomendación general podemos decir que es preferible acercarse a la IA poco a poco para conocer bien su valor e integrarlo en el despacho. Para ello se puede comenzar por emplearla para las tareas menos críticas, como en apoyo a la revisión de documentos, incluso para generar textos de emails destinados a la comunicación interna. Después podemos pasar a la extracción de datos clave en un contrato, así como utilizarla para resumir textos en lenguaje sencillo para el cliente. Y más adelante usaríamos las funciones que implican reescritura de textos de carácter legal o la generación de cláusulas de un contrato.

Los tiempos dependerán del interés del despacho en introducir la IA, de sus recursos y necesidades. Pero antes de llevar a cabo la implementación de manera definitiva hay ciertos aspectos que deben estar claros. Uno de los más importantes es el de privacidad. Algunos modelos de IA, como el que usa ChatGPT, se entrenan con la información que introducen en él los usuarios. Esto quiere decir que absorben ese conocimiento, no como lo haría una base de datos tradicional, pero sí a un nivel que podría dar lugar a complicaciones.

Evidentemente, parte de la información que maneja un abogado es confidencial y no puede permitirse que se filtre. Algo que podría ocurrir de manera indirecta, pues la aplicación de IA podría exponer datos de su entrenamiento a otro usuario. Es cierto que algunos servicios, como el propio ChatGPT, tienen opciones para proteger los datos personales. Pero siempre será útil anonimizar la información, de tal manera que no haya nombres propios ni otros identificadores.

Además, conviene ser conscientes de cuáles son los términos de servicio y la política de privacidad de las aplicaciones de IA que utilicemos. Aquellas que se orientan exclusivamente al ámbito legal suelen tener en cuenta los requisitos de confidencialidad. Por ejemplo, Counsel, de Casetext, presume de no utilizar datos de los usuarios y mantenerlos privados.

 

Establecer una guía ética básica

Aunque a medida que se use la IA surgirán nuevos debates dentro del despacho sobre cómo y para qué se debe emplear, una de las recomendaciones es establecer unas líneas básicas con los aspectos éticos a tener en cuenta. Puede ser un documento sencillo, con algunos puntos resumidos, que den una idea del marco ético necesario para utilizar las herramientas.

Algunos de estos principios éticos serán evidentes, como la necesidad de privacidad y protección de los datos, que hemos comentado anteriormente. Pero otro de ellos conlleva ser transparentes a la hora de informar sobre qué se ha hecho con IA y qué no dentro del despacho. Asimismo, habría que clarificar de quién es la responsabilidad del trabajo. Al fin y al cabo, la IA es una máquina y deben ser las personas que asuman la revisión de los resultados quienes se responsabilicen de los mismos.

 

Cómo utilizar la IA de manera eficiente

Una vez quede claro el marco dentro del cual se puede utilizar la IA en el bufete, el siguiente paso será optimizar el uso de la tecnología. Hay tres iniciativas que mejorarán la productividad de los abogados a la hora de emplear las nuevas herramientas.

 

Establecer una metodología estandarizada para usar la IA

Poner en marcha procedimientos comunes para el uso de la IA será útil a los abogados del bufete. El objetivo es definir cuáles son las mejores maneras de utilizar la tecnología, según más se ajusta a las necesidades y recursos del despacho. Para ello se puede establecer una guía dinámica, que evolucionará a medida que pase el tiempo y se utilicen las aplicaciones. La idea sería que todos puedan contribuir a este documento para enriquecerlo con su experiencia.

Uno de los apartados más importantes de esta guía tendrá que ver con la optimización del llamado ‘prompt engineering’, un área que busca mejorar la forma de comunicarse con las aplicaciones de IA para obtener mejores resultados. Aquí se deberían aportar directrices para conseguir el máximo de los modelos de IA. Y, de nuevo, todo el equipo podría aportar con su experiencia.

 

Un programa de formación

Contar con un programa de formación en el uso de la inteligencia artificial tiene sus ventajas. Los profesionales no tienen que aprender todo sobre la marcha ni dependen de un documento para trabajar con la IA. Pueden obtener los conocimientos prácticos básicos mediante unas jornadas formativas o siguiendo un curso online.

 

Tener un sistema de informe de incidencias

Tan importante para usar de forma efectiva la IA es optimizar la forma de comunicarse con ella como informar de las incidencias que tengan lugar. Conocer los puntos débiles, las imprecisiones y los fallos que tengan las aplicaciones de inteligencia artificial permitirá hacer una utilización más consciente de ellas. De ahí que sea positivo establecer un canal para informar sobre este tipo de errores, con el fin de alertar al resto del equipo y tratar de evitarlos o pulirlos, siempre que se pueda.