La segunda jornada del evento EMEA NewLaw Summit se ha centrado en el ámbito fiscal. Es la otra pata de la división de PwC, Tax & Legal, que organiza el evento. Una continuación del primer día, que profundizó en la transformación digital que experimenta el sector legal, con la IA como factor destacado. La inteligencia artificial no ha tenido un protagonismo tan acentuado en este caso. Pero siempre ha planeado sobre las mesas redondas y las conversaciones de pasillo.
Más aún, la conferencia que abrió la jornada trataba expresamente sobre IA generativa. Alex Rayón, profesor universitario y cofundador de la startup brainandcode.tech, ha sido el encargado de animar a la audiencia en la primera hora con un discurso avasallador. Un repaso a la situación actual de la inteligencia artificial que ha empezado por compararla con la inteligencia biológica. Lo primero: un cambio en el concepto. El ponente afirma que prefiere la definición de “inteligencia digital” a “artificial”. Pero eso es una guerra perdida a fecha de hoy. Así que sigamos.
“De manera aislada hemos ido emulando capacidades humanas”, apunta Rayón hablando sobre la forma en que se ha desarrollado tradicionalmente la inteligencia artificial. Se necesitaba una tarea, como por ejemplo hacer cálculos matemáticos o analizar patrones en una tabla, y se creaba un algoritmo específico. El ponente pone el acento en la capacidad de discriminar datos, que considera el factor que ha impulsado la mejora en las capacidades humanas.
Pero también es un factor que ha promovido la mejor de las capacidades de la IA. “Las personas somos capaces de tres formas de pensamiento lógico: deductivo, inductivo y abductivo”, destaca el profesor universitario. "La inteligencia artificial discriminativa, que es la histórica, solo deducía. Era capaz de coger muchos datos y llegar a una conclusión concreta. Cogíamos un Excel y sabíamos qué producto era más fácilmente comprable por un determinado cliente o tomábamos una gran base de datos de productos y podíamos saber cuál era más propenso a ganar una buena cuota de mercado. En definitiva, cogíamos muchos datos y llegábamos a un dato particular".
Sin embargo, la mayor parte del trabajo de los profesionales del sector fiscal es inductivo y abductivo, según el ponente. "Es la capacidad de emerger una idea, singular y nueva. Os pagan por ello". Por eso la nueva ola de IA trae cambios para este ámbito. ¿Qué ha traído la nueva era generativa? Contesta Rayón: "La capacidad de someterse en el mundo inductivo y abductivo. Puedo coger el balance de situación de una cuenta de pérdidas y ganancias y voy a tratar de entender qué le está pasando a esa compañía".
El ponente ha ilustrado con ejemplos cómo la IA generativa podía interpretar y extraer información valiosa de una tabla contable. Sus recomendaciones para hacer prompting: asegurarte de que el chatbot te entiende, hacerle refuerzo positivo cuando acierte y personalizar la consulta.
Los retos de la IA en el ámbito fiscal
Durante la jornada, en la zona de expositores, también había un rincón para la IA generativa. PwC exhibe las capacidades de Harvey, con la que trabajan desde hace meses. Unas capacidades que se ampliarán con el acuerdo, anunciado durante el evento, con Lefebvre, que prestará su enorme base de datos jurídica para alimentar la plataforma de Harvey exclusiva de PwC España.
En una demostración, Neosmart ha podido comprobar cómo utilizan en la consultora la herramienta de IA especializada en el campo jurídico. Son capaces de resumir normativa fiscal y crear documentos explicativos para los clientes, así como preguntarle sobre documentos en concreto.
La IA generativa, así como la analítica o tradicional, también ha salpicado una de las mesas redondas de la jornada. Jaume Puntes, director global fiscal de Cellnex Telecom, y Horacio Peña, líder global de la red de Transferencia de Pagos en PwC Estados Unidos y anteriormente responsable de innovación de la compañía en este país, han debatido sobre los retos de la función fiscal en los próximos años.
Hay una transformación en ciernes y Puntes afirma que la abordan desde dos frentes. “Hay que atacar el dato. Si no tienes una buena materia prima estás perdido. Hemos dejado el dato único y vamos al dato veraz”, señala. El segundo frente es la narrativa: “Si no eres tú el que cuentas el porqué de esa información va a ser otro el que lo cuente”. Y es que hoy en día la fiscalidad de las compañías se mira con lupa no solo por la administración pública, también por los inversores e incluso por los medios de comunicación.
“El contexto global de la nueva era de fiscalización que viene es inevitable. Viene una era de aumento de tasas y de auditorías, de fiscalización”, expresa Peña y argumenta que el cambio está motivado por la necesidad de recuperación postcovid o la reconfiguración que empresas y gobiernos practican ahora a nivel digital. Aunque uno de los principales factores se debe a que los niveles de deuda de los países están disparados. Hay un 144% de deuda del PIB en Estados Unidos y en torno al 80-90% en la UE.
Peña señala que en PwC Estados Unidos trabajan con inteligencia artificial, para buscar información, datos concretos, para traducciones y generación de otros documentos. Es la fórmula que han encontrado para buscar solución a la complejidad fiscal que se avecina: introducir tecnología. “Hay que atacar los datos. Definir con alta precisión el problema fiscal que se quiere resolver. Y no solo usar IA generativa sino reconocimiento de caracteres y otros sistemas de inteligencia artificial”, incide Peña.