En plena transformación de la función legal, los abogados se han topado con la irrupción de la inteligencia artificial generativa. Su empuje ha acelerado los cambios en la forma de trabajar. Ya no solo afecta a los procesos sino también a las tareas diarias de los juristas. Esto es algo que se percibe especialmente en los departamentos jurídicos de las empresas.
Sobre todo ello nos ilustra Rosario Baquero, directora de Servicios Jurídicos de Finanzas, Administración y Control, y directora del Centro de Innovación Legal de Iberdrola (LINCE). Su perspectiva, a vista de pájaro de las tareas de carácter legal que se desarrollan en una empresa, sumada a su implicación en los procesos de innovación en este ámbito conforman una visión con un profundo conocimiento sobre la materia.
A raíz del Congreso IA Derecho y Empresa, organizado por el especialista en gestión de conocimiento legal Lefebvre, Baquero esbozó las etapas que ha tenido la transformación digital en el plano jurídico. Sus respuestas parten de un escenario: la IA y se usa desde hace años en los departamentos jurídicos. Cuando el reglamento europeo era solo una propuesta, los abogados de las empresas trabajaban para adaptarse. Ahora bien, en grandes compañías internacionales no es tan sencillo hacerlo. No vale con tener una metodología global sino que es necesario ajustarla a las especificaciones nacionales y regionales de cada mercado.
¿Cómo se vive en el departamento jurídico de Iberdrola esta nueva oleada de inteligencia artificial?
La asesoría jurídica de Iberdrola e Iberdrola como grupo vive la llegada de la IA y de la IA Generativa con prudencia y responsabilidad. Pero no es algo de ahora. Lo hacemos desde hace ya varios años. Por eso contamos con un modelo de gobernanza que ha sido impulsado por el consejo de administración, con la aprobación de una política interna de uso responsable de la inteligencia artificial. Se actualiza periódicamente, dicta los principios aplicables al desarrollo y uso de esta tecnología y crea todo un modelo de gobernanza interna, con formación, concienciación, evaluación y reporte para garantizar el cumplimiento no solo de la normativa aplicable sino también de nuestro código ético, el propósito y valores de Iberdrola.
¿En qué puede mejorar a IA los procesos de un departamento jurídico de una gran empresa?
Desde la asesoría jurídica consideramos que la inteligencia artificial supone, además de muchos desafíos, unos beneficios innegables. Y es, sin duda, un paso más en todo el proceso de transformación de la función legal que, si nos centramos en la parte de este proceso de cambio que se refiere a la transformación digital, viene a mejorar el trabajo realizado hasta ahora.
¿Qué es lo que abarca la transformación de la función legal y cómo impacta la IA en ella?
Si primero fue un rediseño de los procesos para hacerlos más eficientes, luego su digitalización y después su automatización, la IA se suma a toda esta tendencia como un paso más que permite avanzar y mejorar lo anterior. Esta tecnología afecta no solo a procesos sino al trabajo diario de los abogados. La IA ofrece oportunidades que optimizan muchas tareas pero que, en ningún caso, sustituyen la labor de los abogados. Hablamos sobre todo de tareas como el análisis de información, que se ven enriquecidas por permitir un análisis mucho más profundo y en menor tiempo, aumentando la producción y la calidad del trabajo realizado.
¿En qué tareas ya usa el departamento de Iberdrola inteligencia artificial generativa y qué necesidades se pretenden cubrir?
En la asesoría jurídica de Iberdrola afrontamos la inteligencia artificial de una forma conservadora que asegure un desarrollo y uso responsable de la misma. Por ello, en primer lugar, definimos de forma muy clara las necesidades, investigamos, probamos y vemos si realmente la inteligencia artificial puede ayudar a conseguir dichos objetivos. Como resultado de este proceso estamos utilizando la inteligencia artificial generativa para el análisis de legislación y jurisprudencia, para la búsqueda inteligente de nuestra información y hacer comparativas de las mismas o generar documentos a partir de otros documentos internos, para permitir el análisis masivo de datos y para extraer metadatos de forma automática.
Existe la idea de que en el futuro el abogado de empresa tendrá un papel más ligado al desarrollo de negocio de la compañía. Hoy en día los departamentos legales tienen un papel más reactivo y se espera que en el futuro puedan tener otro más proactivo, porque estarían más liberados de trabajo y ya se sabe que los recursos liberados en una compañía muchas veces se orientan a reforzar su expansión. ¿Cuál es tu opinión sobre el papel del abogado corporativo en el futuro?
La transformación de la función legal en las empresas empezó hace ya varios años y el cambio que señalas es ya una realidad consolidada, al menos en Iberdrola. El abogado ya ha dejado de ser un centro de coste y una persona reactiva que trabaja a demanda. Desde hace ya varios años, la asesoría jurídica de Iberdrola y, por tanto, sus abogados, que nosotros llamamos los abogados del siglo XXI, son personas proactivas, involucradas al máximo en el negocio, que hablan su lenguaje. Es un equipo que mide todo y toma decisiones basadas en datos, que es capaz de anticipar riesgos y minimizarlos, que colabora en la toma de decisiones estratégicas de los negocios y que le aporta valor no solo con sus conocimientos legales sino también haciendo más eficientes procesos mediante el uso de la tecnología.