Intel anunció esta semana que recortará más del 15% de su plantilla y suspenderá el pago de dividendos a partir del cuarto trimestre, en un intento de dar un giro a su deficitario negocio de fabricación de chips. La empresa, con sede en Santa Clara, California, enfrenta dificultades financieras significativas.
Las acciones de Intel cayeron un 15% en las operaciones posteriores al cierre del mercado regular, lo que resultó en una pérdida de 18.000 millones de dólares en valor bursátil. El jueves, los títulos ya habían descendido un 7%, en línea con una caída general de los valores de chips en Estados Unidos tras las previsiones conservadoras de Arm Holdings. La mayoría de los recortes de plantilla se completarán a finales de 2024, según Intel. La compañía tenía una nómina de 124.800 empleados a finales de 2023. "Necesito menos gente en la sede y más gente sobre el terreno, apoyando a los clientes", dijo el presidente ejecutivo Pat Gelsinger.
Además de los recortes de personal, Intel planea reducir los gastos operativos y disminuir el gasto de capital en más de 10.000 millones de dólares para 2025. Estas medidas son parte de un esfuerzo más amplio para hacer frente a los enormes costos y las fuertes inversiones que la empresa ha realizado para ampliar su capacidad de fabricación y competir con la taiwanesa TSMC.
"Un plan de reducción de costos de 10.000 millones de dólares demuestra que la dirección está dispuesta a tomar medidas enérgicas y drásticas para enderezar el barco y solucionar los problemas", dijo Michael Schulman, director de inversiones de Running Point Capital. Sin embargo, agregó que existe escepticismo sobre si estas medidas serán suficientes o si son una reacción tardía, dado que Gelsinger lleva más de tres años al frente de la empresa.
Como parte de su plan de reducción de costos, Intel espera que los gastos de capital en 2024 se sitúen entre 25.000 millones y 27.000 millones de dólares. Además, la empresa tiene como objetivo unos gastos brutos de capital de entre 20.000 millones y 23.000 millones de dólares para 2025. La empresa enfrenta una encrucijada crítica mientras intenta estabilizar su negocio y recuperar la confianza de los inversores. Los próximos pasos de la compañía serán observados de cerca para determinar si sus estrategias serán suficientes para revertir su actual trayectoria y mejorar su posición en el competitivo mercado de los chips.