En la era de la digitalización, la Inteligencia Artificial (IA) tiene un papel protagonista. Cada vez en más sectores, la IA está siendo implementada para mejorar procesos y aumentar la eficiencia en las tareas que se llevan a cabo. En medicina, por ejemplo, la IA está ganando cada vez más terreno, y ya empieza a funcionar como complemento para los profesionales de la salud y se prevé que el tamaño de mercado alcance este año los 11.500 millones de euros.

Aplicada a la medicina, la IA tiene y tendrá un impacto muy importante sobre la forma de entender, diagnosticar y tratar las dolencias y enfermedades de los pacientes. Estas son algunas de sus principales funciones:

• A través del machine learning, la IA es capaz de asistir en la generación diagnósticos precisos de enfermedades y en la identificación de las dolencias que afectan a los pacientes. Todo ello a través del análisis de los resultados de las pruebas realizadas, permitiendo así determinar el tratamiento más adecuado, mejorando la calidad de la atención al paciente.

Aceleración de los procesos de investigación y de elaboración de nuevos fármacos gracias a la automatización de procesos y a la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos para sacar conclusiones en un corto período de tiempo.

• Posibilidad de realizar seguimiento del paciente en tiempo real, permitiendo realizar chequeos de forma más recurrente y estableciendo una comunicación periódica con el sistema hospitalario, ayudando así a la toma de decisiones relativas al tratamiento y diagnóstico precoz de enfermedades.

Aumento de la seguridad del paciente gracias a la detección de posibles errores cometidos por los humanos y apoyo a la hora de elegir qué medicamentos se deben suministrar. Aunque los responsables de mantener el control sobre las decisiones médicas finales seguirán siendo los propios médicos.

• Aumento de la eficiencia y la optimización de recursos para la mejora de la gestión sanitaria. Al disminuir los tiempos de los distintos procesos médicos, se aceleran las tareas y decrecen los costes aumentando así el ahorro de los centros hospitalarios.

Dado que se maneja una gran cantidad de datos sensibles, la seguridad de las aplicaciones de IA en medicina se convierte en algo mandatorio y primordial. Según un informe de la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad, durante el pasado año 2023, los prestadores de atención médica sufrieron el 53% de los ciberataques del sector sanitario, de los cuales el 42% se dieron contra hospitales, y está previsto que este año los porcentajes aumenten. El robo de datos, los ataques de ransomware y la manipulación de los propios modelos de IA son algunas de las amenazas más comunes, que ponen en riesgo la seguridad y la salud de los pacientes. Para prevenir que los ataques se produzcan, los datos deben protegerse y deben aplicarse controles de seguridad eficaces para no permitir accesos no autorizados. Asimismo, deberán crearse planes de contingencia para saber cómo actuar ante un ciberataque y hacerlo lo más rápido posible.

El futuro de la medicina digital dependerá en gran medida de la capacidad de proteger los sistemas contra amenazas cibernéticas. Realizar inversiones en ciberseguridad será clave para proteger los datos y sistemas informáticos, y será crucial para que haya garantías de que la innovación en torno a la IA en la salud se implemente de manera efectiva y segura para que continúe complementando el trabajo de los profesionales sanitarios.