La inteligencia artificial ha logrado un avance significativo en un área inesperada: la producción de hidrógeno verde. Este tipo de hidrógeno, denominado "verde" debido a que su producción mediante electrólisis, utiliza energía proveniente de fuentes renovables como la solar o la eólica, ha ganado relevancia en la transición energética de muchos países. El proceso de electrólisis separa los elementos de la molécula de agua (hidrógeno y oxígeno) y, al no involucrar combustibles fósiles, evita la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, este proceso tiene desafíos importantes que la IA ha comenzado a solucionar.
La intervención de la IA
Uno de los principales obstáculos de la electrólisis es la alta demanda de electricidad y la necesidad de metales raros y costosos para actuar como catalizadores. Esta limitación ha motivado a un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá, a utilizar la IA para buscar una solución que permita producir hidrógeno verde de manera más eficiente y económica.
El enfoque de estos científicos fue desarrollar un sistema de IA capaz de simular y analizar virtualmente miles de combinaciones de metales, con el objetivo de encontrar una aleación que pudiera reemplazar los metales tradicionales en el proceso de electrólisis. La IA logró simular y analizar más de 36,000 combinaciones de óxidos metálicos, lo que habría sido imposible de realizar manualmente.
Finalmente, la IA identificó una combinación prometedora de rutenio, cromo y titanio, en proporciones específicas, que podría mejorar significativamente la eficiencia del proceso de electrólisis. Al probar esta nueva aleación en el laboratorio, los investigadores descubrieron que era 20 veces más estable y duradera que las aleaciones utilizadas anteriormente.
Hacia un futuro más eficiente
Aunque los resultados son alentadores, es importante destacar que esta tecnología aún se encuentra en fase experimental y necesita ser validada en condiciones reales fuera del laboratorio. No obstante, este avance demuestra cómo la inteligencia artificial está empezando a jugar un papel crucial en áreas de investigación donde, hasta hace poco, su impacto era inimaginable.
El éxito de esta investigación podría marcar un punto de inflexión en la producción de hidrógeno verde, haciéndolo más accesible y sostenible, y consolidando su papel en la transición hacia fuentes de energía más limpias y seguras.