En 2022, Noam Shazeer y Daniel de Freitas abandonaron Google por la lentitud en el desarrollo de inteligencia artificial. Fundaron Character.AI y recaudaron casi 200 millones de dólares para su startup de chatbot. Ahora, han vuelto a Google en un acuerdo que marca una nueva tendencia en Silicon Valley.
La semana pasada, Shazeer y De Freitas anunciaron su retorno al gigante tecnológico. Google acordó pagar 3 mil millones de dólares por licenciar la tecnología de Character.AI, pero sin adquirir la empresa. Alrededor del 20% de los empleados de Character.AI se unirán a Google junto con los fundadores.
Este acuerdo se aleja de la práctica habitual en Silicon Valley, donde las grandes tecnológicas compran startups en su totalidad. Según fuentes, Google destinó 2.5 mil millones de dólares para comprar a los accionistas de Character.AI, incluyendo a Shazeer, quien podría recibir hasta 1 mil millones de dólares.
El resto de la startup continuará operando sin sus fundadores e inversores. Este tipo de acuerdos ha sido impulsado por el deseo de las grandes empresas de evitar la regulación, según reportó Folha de SP. La FTC y otros reguladores están investigando estas transacciones que parecen adquisiciones encubiertas.
El acuerdo entre Google y Character.AI se une a una serie de transacciones inusuales en el ámbito de la IA. Microsoft inició esta tendencia al pagar 650 millones de dólares a Inflection por licenciar su tecnología y contratar a su fundador. Amazon siguió con un acuerdo similar con Adept por 330 millones de dólares.
Estas transacciones permiten a los fundadores de startups seguir trabajando en sus proyectos, ahora respaldados por grandes empresas, sin preocuparse por la financiación. Al mismo tiempo, proporcionan retornos rápidos a los inversores, como en el caso de Character.AI, donde los inversores lograron un retorno de 2.5 veces su inversión inicial.
A pesar de los beneficios, estas operaciones dejan atrás entidades corporativas sin sus líderes originales. Los empleados restantes en startups como Character.AI, Inflection y Adept no tienen derecho a participar en las ganancias de estos acuerdos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de estas empresas. Los reguladores continúan vigilando de cerca estas prácticas, lo que podría llevar a una mayor supervisión en el futuro cercano.