Ante la avalancha de la nueva ola de inteligencia artificial, los grandes despachos de abogados se han lanzado a explorar sus opciones. En España, Garrigues es uno de los que ha trabajado en el desarrollo de un modelo propio, con el objetivo de mejorar el rendimiento de sus actividades. La compañía ha invertido fuertemente en transformación digital, en total 64 millones de euros en los últimos cinco años. Y cabe pensar que parte del capital destinado a este ámbito en 2023 se destinara al desarrollo de Garrigues GA_IA o GAIA.
Así ha denominado el bufete español a su modelo de inteligencia artificial, que se ha desarrollado internamente, aunque también integra otros sistemas comerciales. Garrigues, que facturó 454,27 millones de euros el pasado año y se convirtió así en el primer despacho de abogados de la UE en superar la cifra récord de 450 millones, marca el paso en la adopción de esta nueva tecnología.
Cuando se planteó el proyecto para crear una herramienta de IA propia, el bufete tenía claros sus requerimientos: “Nuestro reto era integrar de forma natural la inteligencia artificial generativa en el negocio, con un modelo que respondiese a las necesidades particulares de los profesionales de Garrigues, operase sobre nuestro propio gestor documental y se convirtiese en el asistente personal de todo el equipo”, cuentan desde Garrigues a Neosmart.
A la hora de desplegar herramientas de inteligencia artificial, una de las preocupaciones principales de los despachos de abogados es la confidencialidad de la información. De ahí que la opción preferida por las grandes compañías sea el desarrollo de un modelo propio. “La gran ventaja de Garrigues GA_IA es que opera sobre nuestro propio gestor documental de más de 200 millones de documentos y lo gestiona con la máxima seguridad, confianza y transparencia”, apuntan desde el bufete.
Cuando ChatGPT saltó a la palestra, en Garrigues pensaron rápidamente que la tecnología tendría una gran importancia para su negocio. No en vano, el despacho trabajaba ya con inteligencia artificial tradicional (no generativa) desde hace años: “Nuestro primer desarrollo propio, en colaboración con el IIC (Instituto de Ingeniería del Conocimiento), fue Proces@, un RPA (tecnología de automatización robótica de procesos) que comenzó por transformar en texto indexable los archivos de audio y cualquier documento multimedia o de otro tipo, en español. Hoy sube archivos en masa, procesa ficheros en distintos idiomas, ordena expedientes y descarga transcripciones”, cuentan desde el bufete.
Agilizar la actividad legal
Dado que el impacto de la IA en el mercado legal crecerá a razón de un 30,7% anual hasta alcanzar un volumen de negocio de 675,1 millones de dólares, con datos de MarketResearch, resulta previsible que la tecnología se despliegue con rapidez entre el sector de la abogacía. Y serán varios los procesos que se agilicen de la mano de la IA.
El objetivo de estas herramientas es asistir en ciertos procesos al abogado. Así lo expresan desde Garrigues: “Nos ayuda en tareas que van desde la generación de documentos, la investigación jurídica y el análisis predictivo, a la gestión del conocimiento adaptada a nuestras necesidades”. De la misma forma, aseguran que el modelo incorpora aplicaciones para “realizar búsquedas exhaustivas en diversas bases de datos internas y externas, elaborar informes especializados y prestar asistencia en tareas jurídicas específicas”.
Es una muestra de las tareas en las que el sistema puede prestar apoyo. Pero, ¿por qué no escoger una de las herramientas de IA que ya existen en el mercado, como ChatGPT, Google Gemini o Claude, para llevar a cabo estos procesos? El despacho señala que la gran diferencia con los modelos comerciales existentes es el alto nivel de personalización que facilita Garrigues GA_IA.
“Nuestra herramienta de IA permite trabajar con el sistema de gestión documental de Garrigues, nos permite abordar casos de uso propios que no resuelve ninguna herramienta del mercado y hacerlo con más seguridad que los modelos públicos”, se refiere, en este caso, la compañía a la confidencialidad de los documentos introducidos.
Garrigues GA_IA
La compañía destaca la capacidad de evolucionar que tiene su modelo, diseñado para enriquecerse a lo largo del tiempo. Se pueden introducir en él nuevos conocimientos y también prepararlo para abordar cuestiones que necesiten los abogados de Garrigues. “Al tratarse de una plataforma viva, entrenable y con actualizaciones constantes, mejorará con el uso habitual y con las subsiguientes actualizaciones, que surgen de las propias necesidades y pain points de los profesionales del despacho”, sugieren desde el bufete.
La arquitectura del sistema integra distintos modelos de IA. Algunos de ellos son de desarrollo propio y otros, de tipo comercial, se emplean para complementar a los primeros. La creación de la herramienta ha implicado a un amplio equipo multidisciplinar.
“Han participado en su desarrollo no solo nuestro equipo de tecnólogos sino de cerca de 200 abogados de diferentes áreas, oficinas y países que aportan el conocimiento de sus propias necesidades, así como las de sus clientes”, explican en Garrigues. “Además de los modelos propios, nos hemos apoyado en plataformas de terceros como ChatGPT, Harvey, Gemini y, próximamente, Mistral. Habrá más en el futuro siempre que consideremos que enriquecen nuestra arquitectura”.
El despliegue de la IA generativa en los despachos traerá cambios. Muchos dentro del sector están concienciados de ello. Según datos recabados por Thomson Reuters, el 70% de los profesionales del derecho creen que la inteligencia artificial tendrá un alto impacto transformacional en la profesión legal dentro de los próximos cinco años. Desde Neosmart también hemos preguntado a Garrigues sobre su visión en estos momentos de cambio.
“Se está produciendo un cambio de paradigma a raíz de la irrupción de la inteligencia artificial generativa. Los despachos no nos hemos caracterizado tradicionalmente por nuestro elevado perfil tecnológico. Pero la IA generativa es un modelo de lenguaje y el derecho es lenguaje, lo que está llevando al sector legal a la vanguardia tecnológica”, detallan desde el bufete español.
Aunque el sector da por sentado que vendrá una transformación importante, no es sencillo evaluar hasta dónde llegará. Algunas estimaciones apuntan una tasa considerable de automatización de las tareas actuales de un abogado. Los cálculos de Glodman Sachs indican que hasta un 44% del trabajo en el ámbito legal sería susceptible de llevarse a cabo con inteligencia artificial. En Garrigues reconocen la complejidad de lanzar vaticinios en un momento tan inicial de la tecnología, aunque sí divisan una tendencia: “Es difícil establecer cuál será este porcentaje, pero parece evidente que los abogados que sepan responder adecuadamente a esta tecnología sustituirán a los que no la utilicen”.
Ninguna categoría permanecerá exenta de los cambios que traerá la IA. Desde el personal junior a los socios, pasando por abogados y asociados senior, todos tendrán que adaptarse para trabajar con la nueva tecnología. Y su éxito dependerá en gran medida de sus capacidades digitales. En Garrigues lo tienen claro: “Estamos realizando un importante esfuerzo en la formación digital de nuestros profesionales, conscientes del salto cualitativo en eficacia y eficiencia que supondrá la IA generativa”.
Sin embargo, el bufete español ya ha identificado un factor interesante a la hora de utilizar la tecnología en el futuro. “Hemos detectado que quienes más provecho sacan a esta tecnología son los abogados con más experiencia, porque son quiénes hacen mejores prompts y cuestionan adecuadamente los resultados”, señala Garrigues.