La profesión jurídica es conocida por su reticencia y cautela a adoptar nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial (IA) no es una excepción. A medida que la IA generativa, se vuelve más sofisticada, su impacto potencial en las prácticas legales es tanto prometedor como lleno de desafíos. Esto requiere tanto trabajo como ética por parte de los profesionales en un esfuerzo por abrazar las nuevas posibilidades de la IA así como en aceptar y reconocer su uso.
Es evidente que la IA mejorará la competencia legal al poder automatizar tareas rutinarias y analizar grandes volúmenes de datos legales, restando trabajo tedioso a los abogados. Así las cosas, todo apunta a que, en un futuro cercano, las herramientas de IA podrían convertirse en un componente de un posible kit de herramientas legales.
Preocupaciones y regulación
La comunidad legal examina a la IA ante la posibilidad de que la ingente cantidad de datos que maneja pueda llegar a tergiversar la asesoría o información legal generando citas legales ficticias, por lo que es necesario una supervisión por parte de los abogados.
También está la problemática de las nuevas herramientas de asesoría legal preliminar sin supervisión, lo que podría desorientar a las personas a la hora de pedir “consejo y asesoría” a la IA.
Ante esto, los organismos judiciales y reguladores han comenzado a establecer directrices y normas específicas como, por ejemplo, órdenes permanentes que prohíben explícitamente el uso de contenido generado por IA en documentos judiciales a menos que se indique y sea verificado por abogados humanos.
La deontología ofrece una base para el uso ético de la IA ya que un abogado debe representar competentemente a sus clientes, lo que incluye entender las capacidades y riesgos de la IA.
Los abogados deberían ser transparentes sobre el uso de herramientas de IA, especialmente cuando dichas herramientas desempeñan un papel significativo en la formulación de asesoramiento legal o documentos.
También deberán verificar la precisión de todo el contenido generado por IA antes de usarlo en cualquier contexto legal.
Esta exploración sobre el papel de la IA en las prácticas legales subraya la necesidad crítica de un enfoque reflexivo hacia la adopción de tecnología, asegurando que los avances mejoren en lugar de comprometer la administración de justicia.