Alejandro Sánchez del Campo es consultor de innovación y legaltech, además de profesor en estos ámbitos y director del máster de Ley Digital, Innovación y Tecnologías emergentes en el Colegio de Abogados de Madrid. Múltiples facetas para un especialista en la intersección entre el derecho y las nuevas tecnologías, que en estos momentos gana en relevancia.
El impacto que se espera que tenga la IA generativa en el mundo legal, coloca a Sánchez del Campo en una posición de privilegio para explorar esta nueva etapa. También para reflexionar sobre ella, él que se ha enfrentado profesionalmente a los cambios operados por el advenimiento digital en las últimas tres décadas.
¿Por qué se espera que los LLMs (modelos de lenguaje de gran tamaño) tengan un gran impacto en la profesión legal?
Porque una buena parte de lo que hacemos los abogados es lenguaje. Es decir, cuando escribes un contrato, cuando haces una demanda o cuando estás en el juzgado exponiendo unos argumentos, una buena parte de lo que hacemos los abogados es lenguaje. Y antes con la IA había un problema. Tenías que ser medio experto para poderle sacar partido, porque tenías que conocer medianamente la lógica de programación, cómo funciona la IA, cómo había que pedirle las cosas. Cuando llega la IA generativa, elimina ese escalón, porque te mete una capa intermedia en la cual tú le puedes hablar con un lenguaje normal, pero la IA te entiende.
Los abogados no son los únicos que trabajan con el lenguaje. Da la impresión de que muchas profesiones liberales se verán afectadas por la IA…
El otro día escuchaba una frase que refleja muy bien el tema. Y era que esta es la primera revolución en la cual los ‘white collars’ están más amenazados que los ‘blue collars’. O sea, los trabajos intelectuales están más amenazados en esta revolución que los trabajos, digamos, menos intelectuales o más manuales. Eso es un cambio radical. Las máquinas hasta ahora siempre nos ayudaban, pero la parte intelectual la hacíamos los humanos. Con la IA hemos dado un vuelco a eso, y más con la IA cognitiva. Ahora los trabajos intelectuales los puede hacer la máquina también. Eso es un cambio muy significativo, mayor aún en las profesiones que usan el lenguaje como la base de su trabajo.
Pero no todos los LLMs valen para todo…
Hay otro tema relevante. El mundo del derecho es un dominio concreto. Quiero decir que tiene unas reglas concretas, tiene unos contenidos concretos, hay que saberse unas determinadas leyes, hay que aplicar una serie de sentencias, hay una serie de conceptos que son obvios para un abogado. Por ejemplo, tú no me cites una ley derogada, porque si me citas una ley que está derogada eso no me vale para nada. Para un abogado también es obvio que una sentencia del Tribunal Supremo vale más que una sentencia de primera instancia. En cambio, este tipo de máquinas no lo entienden a priori, no lo entienden salvo que se entrenen.
Al final son un modelo de lenguaje basado en probabilidad. Si el LLM ve que se cita mucho una sentencia de primera instancia frente a una sentencia del Supremo, te dará como argumento la sentencia de primera instancia.
¿Para eso están los modelos especializados, como Harvey y Leya?
Sí, ellos entrenan un modelo de lenguaje que está por debajo, una capa inferior, y le colocan una capa superior, de forma que la IA generativa entiende mucho mejor el lenguaje legal y accede mucho más rápido al contenido. Al final le ponen otra capa legal.
¿Qué ganará la carrera por la IA, la agilidad de los pequeños despachos o la capacidad de inversión de los grandes?
En agilidad ganan los despachos pequeños, si es que tienen la mentalidad, porque estamos asumiendo que la tienen. Una gran parte de despachos pequeños no tienen esa mentalidad. En realidad, lo que va a pasar es que esos pequeños despachos no conocerán mucho la tecnología, habrán oído hablar, habrán hecho una prueba una vez, habrán visto que no les funciona y no habrán dedicado el tiempo suficiente. Yo creo que en este juego van a ganar claramente los despachos más grandes. Si tú le dices a un despacho tan grande como Uría Menéndez, o Cuatrecasas que una herramienta le puede generar un 20% de ahorro en tiempo de un abogado es música para sus oídos. Porque uno de los costes mayores en despachos es el coste de abogados. Si se lo reduces un 20% son varios millones de euros.
¿Cómo llegarán los despachos pequeños a la IA?
La figura de un asesor externo tiene mayor sentido en despachos más pequeños. Ellos no pueden dedicar a nadie a explorar la IA, porque si dedican a alguien a eso, dejan de hacer otra cosa. Salvo que seas un despacho tan grande que hayas entendido que la tecnología es un aliado y tienes un departamento de tecnología que te ayuda, para la mayoría de despachos eso es simplemente un sueño.
¿Y cómo se manejan las expectativas de los abogados a la hora de empezar a usar la IA generativa?
Te diría que conociendo bien la herramienta y la tecnología. Y si no eres capaz de conocerlo porque no tienes tiempo, pues deberías contratar a alguien que te ayude. Hay que saber que una herramienta vale para esto y no vale para esto o que solo vale para esto si la entrenas. Y que entrenarla quiere decir que tienes que tener millones de documentos y dedicarle horas. Si tú no eres capaz de comprenderlo bien, ayúdate de alguien que lo comprenda bien. Porque si no, tú lees cualquier reportaje y te dicen que nos va a cambiar la vida a todos y que resuelve todos los problemas. Las expectativas se manejan teniendo información y sabiendo lo que de verdad es capaz de hacer la herramienta y lo que no. Pero no porque has oído que lo hace sino poque de verdad lo has estudiado y lo has probado.