La red social X, anteriormente conocida como Twitter, anunció el cierre inmediato de sus oficinas en Brasil. La medida fue tomada en respuesta a lo que Elon Musk, propietario de la plataforma, describió como “órdenes de censura” impuestas por el juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes. Musk confirmó que, aunque las operaciones físicas de la empresa cesarán, la plataforma seguirá disponible para los usuarios brasileños.
El conflicto entre X y el juez De Moraes se originó debido a la negativa de la red social a cumplir órdenes judiciales. Según se informa, estas órdenes exigían la eliminación de ciertos perfiles, en particular, aquellos asociados con la extrema derecha brasileña. Desde abril, X ha desobedecido repetidamente estas instrucciones, lo que llevó al juez a aumentar la presión sobre la empresa y su representante legal en el país.
El viernes, De Moraes emitió una nueva resolución, advirtiendo a X sobre las consecuencias de no cumplir con sus órdenes. La multa diaria por incumplimiento fue elevada a 20,000 reales (3,600 dólares), y el juez insinuó la posibilidad de arresto para el representante legal de la empresa en Brasil. Este endurecimiento en las sanciones llevó a Musk a cerrar las oficinas de la plataforma en el país, argumentando que las acciones del juez eran incompatibles con un gobierno democrático.
Musk ha sido muy crítico de De Moraes, acusándolo de violar la Constitución brasileña al imponer censura y exigir acceso a información privada. En su perfil en X, Musk afirmó que la decisión de cerrar las oficinas fue difícil, pero necesaria para evitar someterse a lo que considera censura secreta e ilegal. Sin embargo, el cierre de la oficina en Brasil complicará la aplicación de futuras sanciones judiciales.
En abril, un tribunal brasileño inició una investigación contra Musk por presunta obstrucción a la justicia, relacionada con la reactivación de cuentas de extrema derecha previamente bloqueadas por el gobierno. Estas cuentas incluyen figuras polémicas como Allan dos Santos y el youtuber Bruno Aiub, conocido como Monark, quienes han hecho declaraciones controvertidas, como la sugerencia de legalizar el partido nazi en Brasil.
Según información publicada por Folha de São Paulo, el incumplimiento de las decisiones judiciales por parte de X representa un desafío significativo para la justicia brasileña, especialmente en un contexto electoral sensible. Los especialistas entrevistados por el medio advierten que la negativa de X a colaborar podría desestabilizar el proceso democrático del país.
Por su parte, Wired señaló que la actitud de Musk refleja un cambio en la estrategia de la empresa desde su adquisición, donde la red social ha asumido un papel más activo en la curaduría de contenido, favoreciendo ciertos actores políticos mientras censura las críticas. Esta postura, según expertos citados, podría tener un impacto considerable en las elecciones brasileñas al sesgar la visibilidad de ciertas fuerzas políticas.
El cierre de las oficinas de X en Brasil marca un momento tenso en la relación entre la plataforma y el sistema judicial del país, en un periodo donde la desinformación y la influencia política en redes sociales están bajo un escrutinio intenso. Sin representación local, las acciones legales futuras contra X serán más complicadas de ejecutar, lo que podría llevar a un escenario de mayor incertidumbre y conflicto en el ámbito digital brasileño.