En el reciente EdTech Congress, el filósofo Daniel Innerarity presentó sus reflexiones sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la educación y la democracia. En su ponencia, Innerarity subrayó que, aunque la IA es una herramienta poderosa para gestionar datos y reconocer patrones, carece de la capacidad de reflexión y conciencia humana. "La inteligencia artificial no sabrá pensar por ti", afirmó Innerarity, destacando la necesidad de redefinir el concepto de inteligencia en la era digital.
El filósofo explicó a la UOC que la verdadera inteligencia implica una combinación de conocimiento, juicio y creatividad, habilidades que la IA aún no puede replicar. Según Innerarity, la educación debe adaptarse para preparar a los estudiantes a trabajar en sinergia con la IA, utilizando sus capacidades para potenciar el pensamiento crítico y la innovación.
Innerarity asegura que "desde los años 50", momento en el que aparece la IA como definición tecnológica, "arrastramos dos problemas: sobreentender que esta tecnología es inteligente en el sentido en el que nosotros lo somos y entender que es artificial en cuanto a algo etéreo" pero para el filósofo "es una tecnología muy sucia que consume mucha energía, produce mucha basura y en la que hay más gente humana trabajando de lo que el nombre artificial da a entender".
En un informe publicado por la UNESCO, Innerarity amplía su análisis sobre el impacto de la IA en la democracia. El documento, titulado "Inteligencia Artificial y Democracia", aborda los desafíos y oportunidades que la IA presenta para los sistemas democráticos. Innerarity señala que la IA está cambiando las reglas de los mercados, las sociedades y los sistemas políticos, lo que requiere la implementación de normas efectivas para asegurar un impacto positivo y equitativo.
En el caso de lo que puede hacer la IA, Innerarity asegura que "hace cosas muy bien" siempre partiendo de la base de que esta tecnología no podrá superar al ser humano. Pero para el uso que últimamente se le da a la IA, el autor de La libertad democrática (2023) cree que sería útil "en el caso de un discurso de inauguración cualquiera, en el que un alcalde tiene entre cinco y diez minutos para decir unas palabras, no se hace una gran aportación intelectual, por lo que seguramente eso lo puede hacer una IA".
También recuerda que "hay que pensar en la tecnología como una historia del entrelazamiento entre humanos y máquinas, una historia en la cual ahora estamos escribiendo un capítulo nuevo, con una tecnología especialmente potente y fascinante".
Conversación democrática
La democracia requiere una conversación social de calidad y un espacio público robusto, dice Innerarity. Sin embargo, el entorno digital ha introducido desafíos significativos, como la proliferación de noticias falsas y el discurso del odio. Innerarity enfatiza la necesidad de mejorar la infraestructura tecnológica de la democracia para fomentar un diálogo más inclusivo y responsable.
La política del big data y la proliferación de sistemas de decisión automatizados plantean nuevos retos para la democracia. Innerarity argumenta que la gobernanza algorítmica puede ser útil para algunas tareas, pero insiste en que la decisión última debe recaer en el pueblo, titular de la soberanía. La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para mantener la legitimidad democrática.
El informe concluye con una serie de recomendaciones para asegurar que la IA contribuya positivamente a la democracia. Entre ellas, destaca la importancia de la educación y la concienciación, la regulación y legislación adecuada, y la transparencia en los sistemas de IA. Innerarity insta a los Estados miembros de la UNESCO a trabajar en colaboración para desarrollar un marco regulador global que garantice un uso ético y democrático de la IA.
Educación
Innerarity también menciona lo que ha cambiado la educación y el alumnado desde que comenzó a dar clases en la universidad. "Durante el 80% de la clase daba información y el resto del tiempo ofrecía alguna clave de interpretación" y con el tiempo esta metodología ha virado y ya "no se compite contra Google, porque tiene más datos que nosotros, sino que se ofrecen instrumentos para sobrevivir a la accesibilidad de información".
Con la llegada de la IA a las clases y a la sociedad, "el desafío al que nos enfrentamos todos es el de volver a definir qué significa 'inteligente'" y plantea una pregunta que debemos hacernos "¿lo puede hacer una máquina mejor que yo? Si lo puede hacer una mejor que yo, más económico e igual de bien, estamos perdidos".
Pero en este punto, Innerarity da una segunda visión de esto con otra pregunta: "¿En qué puede consistir mi aportación? Porque la IA funciona si nosotros la ayudamos u orientamos".
Y para concluir, recuerda que hay que diferenciar bien entre "tareas de las que nos podemos y nos debemos librar y aquellas aportaciones que los humanos podemos hacer de una manera significativa".