La evolución de la inteligencia artificial y su aplicación en el ámbito militar genera preocupación a nivel global. Durante la reciente Cumbre sobre Inteligencia Artificial Responsable en el Dominio Militar (REAIM), celebrada en Seúl, representantes de 90 países debatieron el futuro de la "guerra autónoma". Aunque el acuerdo alcanzado no es vinculante, marcó un importante primer paso en la discusión sobre el uso de IA en conflictos armados y la necesidad de establecer límites éticos.
La principal conclusión del evento fue clara: la IA no debería tomar decisiones clave en el uso de armas nucleares. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Ucrania y los Países Bajos apoyaron que la supervisión humana es esencial en este tipo de situaciones. Sin embargo, China fue el único país que no firmó la declaración, lo que refleja la divergencia de intereses geopolíticos en torno al papel de la IA en la guerra. Rusia, por su parte, estuvo ausente debido a las sanciones internacionales relacionadas con la guerra en Ucrania.
IA en el campo de batalla: dilemas éticos y regulatorios
Uno de los principales desafíos discutidos en la cumbre fue la dificultad de regular una tecnología que avanza más rápido que la capacidad legislativa de los gobiernos. Manoj Harjani, coordinador del Programa de Transformaciones Militares en la Escuela de Estudios Internacionales, explicó que la IA evoluciona a una velocidad vertiginosa, lo que deja a los esfuerzos regulatorios siempre un paso atrás. Este desajuste entre el desarrollo tecnológico y la legislación es especialmente problemático cuando se trata de IA en el ámbito militar.
Un ejemplo concreto es el uso de drones armados con IA en conflictos recientes, como la guerra entre Rusia y Ucrania. Según Kateryna Bondar, experta en tecnologías avanzadas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, los países involucrados en conflictos tienen pocos incentivos para frenar el desarrollo de la IA militar, ya que consideran que esta tecnología ofrece una ventaja estratégica crucial para la defensa de su seguridad nacional. Esto ha llevado a una carrera armamentista tecnológica en la que la supervisión humana es cada vez más mínima.
China: el gigante de la IA militar
Otro punto clave en las discusiones fue el papel de China en el desarrollo de la IA militar. Según un informe del Instituto Australiano de Política Estratégica, China lidera el 90% de las categorías de investigación sobre IA, incluyendo el análisis avanzado de datos y los algoritmos de aprendizaje automático. Empresas chinas como Huawei, Tencent y Alibaba están a la vanguardia de estas investigaciones, consolidando al país como un actor dominante en la carrera por la supremacía tecnológica en IA.
La cumbre dejó claro que, aunque un acuerdo internacional vinculante aún parece lejano, los expertos coinciden en que la regulación de la IA en el ámbito militar es crucial para evitar futuras catástrofes. La pregunta que queda es si el mundo podrá ponerse de acuerdo antes de que el avance tecnológico lo haga irrelevante.