Un grupo de autores ha presentado una demanda contra la startup de inteligencia artificial Anthropic, acusando a la empresa de "robo a gran escala" por supuestamente usar copias pirateadas de libros con derechos de autor para entrenar su chatbot, Claude. La demanda, que se presentó el lunes en un tribunal federal en San Francisco, marca un punto de inflexión ya que es la primera vez que los escritores toman acciones legales contra Anthropic, una empresa que se ha promocionado como un desarrollador más responsable y enfocado en la seguridad de modelos de IA generativa. Estos modelos son capaces de redactar correos electrónicos, resumir documentos y participar en conversaciones naturales.
Anthropic, con sede en San Francisco, fue fundada por antiguos líderes de OpenAI, otra destacada empresa de IA que se ha enfrentado a batallas legales por temas similares. La demanda afirma que, a pesar del compromiso declarado de Anthropic con el desarrollo ético de la IA, la empresa ha socavado sus propios principios al supuestamente explotar repositorios de obras pirateadas para construir sus productos de IA.
Los demandantes, los autores Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson, buscan representar a una clase más amplia de autores cuyas obras de ficción y no ficción podrían haber sido utilizadas sin permiso. Argumentan que las prácticas de Anthropic equivalen a lucrar con el uso no autorizado de su producción creativa.
Más demandas
Anthropic aún no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre la demanda. El caso contra la empresa es parte de una ola más amplia de litigios que apunta a los desarrolladores de modelos de lenguaje de IA, particularmente en San Francisco y Nueva York. OpenAI, creador de ChatGPT, junto con su socio comercial Microsoft, y ya se enfrenta a múltiples demandas por infracción de derechos de autor presentadas por autores reconocidos como John Grisham, Jodi Picoult y George R. R. Martin, así como por importantes medios de comunicación, incluidos The New York Times y Chicago Tribune.
La cuestión central en estos casos es la afirmación de que las empresas de IA han utilizado grandes cantidades de texto creado por humanos para entrenar sus chatbots sin obtener permiso ni proporcionar compensación a los creadores originales. Esto ha llevado a un creciente coro de quejas no solo de escritores, sino también de artistas visuales, editoras musicales y otros creadores, quienes argumentan que el auge de la IA generativa se ha construido sobre la apropiación indebida de sus trabajos.
Anthropic, al igual que otras empresas tecnológicas, ha defendido sus prácticas invocando la doctrina de "uso justo", que permite el uso limitado de material protegido por derechos de autor en ciertas condiciones, como para la investigación o fines transformativos. Sin embargo, la demanda contra Anthropic cuestiona esta defensa, particularmente en relación con su presunto uso de un conjunto de datos conocido como The Pile, que supuestamente incluye una gran colección de libros pirateados.
La demanda también cuestiona la idea de que los sistemas de IA aprenden de una manera comparable a los humanos. Argumenta que, mientras los humanos compran o toman prestadas copias legales de libros, proporcionando así una compensación a los autores, los modelos de IA como Claude se entrenan utilizando grandes cantidades de datos, incluidos materiales potencialmente pirateados, sin ofrecer una forma similar de compensación.