Los actores de videojuegos de Hollywood han comenzado este viernes una huelga en respuesta a la falta de acuerdo con las empresas del sector sobre el uso de inteligencia artificial en sus contratos. La huelga sigue a más de un año y medio de negociaciones infructuosas con gigantes de la industria como Activision, Disney, Electronic Arts y Warner Bros. Games.
El Sindicato de Actores de Pantalla (SAG-AFTRA) representa a los artistas involucrados. Fran Drescher, presidenta de SAG-AFTRA, afirmó que no aceptarán un contrato que permita abusos de la inteligencia artificial. "Ya basta", subrayó, destacando la importancia de proteger a los miembros del sindicato.
Drescher recordó que los actores ya paralizaron Hollywood con una huelga previa que, junto con la de los guionistas, consiguió resultados contractuales esperados. Ahora buscan extender las mismas salvaguardas a los artistas de videojuegos. El contrato en discusión afecta a unos 2.600 artistas, que incluyen actores de voz y aquellos cuyos movimientos físicos son utilizados para crear personajes digitales.
Los miembros del sindicato expresan preocupación por el creciente uso de IA en la industria. Duncan Crabtree-Ireland, negociador jefe del sindicato, lamentó que los estudios de videojuegos no aprendieran de la huelga anterior. Insistió en que los miembros exigirán un trato justo y equitativo en relación con la IA, con el respaldo del público.
Los actores ya habían autorizado la huelga en septiembre, tras la expiración de sus contratos en noviembre de 2022. Los productores afirman que ha habido progreso en las negociaciones y se muestran decepcionados por la decisión de huelga. Audrey Cooling, portavoz de los productores, mencionó que la oferta incluye aumentos salariales históricos y protecciones significativas contra la IA. Destacó la importancia de obtener el consentimiento y compensación justa para los artistas.
La huelga busca establecer un precedente en la industria del entretenimiento digital. La comunidad de actores espera que esto motive a las empresas a ofrecer condiciones laborales justas y a regular el uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.